Las clases
No les gustan las clases magistrales, que el profesorado muestre prepotencia en conocimientos, inflexibilidad y falta de empatía. Prefieren que la formación sea experimental, práctica, que use innovaciones y trabajos en grupo, interactividad presencial y digital con los dispositivos e internet.
Ante esta realidad, cada docente tiene sus criterios pedagógicos, seguridades e inseguridades. La metodología tradicional abunda, con libros en papel, apuntes y procedimientos reproducidos desde hace muchos años. No obstante, cada vez más el cambio se introduce en las aulas, fruto de otras prospectivas educativas y adaptación a las nuevas realidades: aprendizaje significativo, Educación personalizada, trabajo cooperativo, aprender haciendo, enseñanza competencial, métodos más activos con el alumnado como centro de atención.
Propuestas
Compartir propuestas y reflexiones ha de servir para ayudar más que para protagonizar, para debatir y cuestionar más que para reafirmar, para mejorar más que para reproducir. Sirvan estas premisas para los consejos que vienen a continuación, fruto de muchos años de trabajo en activo con la Generación Z:
El sentido común, la escucha activa, la empatía y la participaciónmutua en el aprendizaje, con estructuras horizontales, genera un clima cercano y estimulante para aprender, con el fortalecimiento de su autoestima y de las habilidades interpersonales.
Las metodologías activas con formatos digitales e internet les ayudan a formarse y a desarrollar la creatividad y el pensamiento crítico, siempre que se acompañen de programas educativos y actividades que les ayuden a pensar y discriminar.
La disciplina se consigue, no se impone. Desmontar la clase tradicional para trabajar de otra forma no debe implicar desorden ni miedos. Aprender de una situación nueva o difícil compensa el gasto de energía.
El uso de los dispositivos en clase no ha de ser una fuente de problemas sino su aprovechamiento para formarse, con la introducción del mundo en las aulas. Pero todo exige un proceso, pactos, sistemas activos de aprendizaje, normas y mucha paciencia.
El interés se consigue con propuestas que conecten las enseñanzas curriculares con sus intereses y con las demandas de la sociedad. Escuchar e interpretar sirve para entenderles y generar compromisos.
El aprendizaje formal, no formal y el informal son un todo. Lo mismo que su personalidad presencial y digital, que es solo una. Fijémonos en el conjunto final, en formatos de aprendizaje ubicuos y autodidactas, sin sobreprotecciones. El por qué y el para qué son aliados del cómo en la enseñanza y en la vida.
Entender a la Generación Z es el mejor punto de partida para educarla. Su enorme potencial exige comprensión, flexibilidad, innovación y participación, dentro de una sociedad del conocimiento que ha de orientarse también hacia un humanismo tecnológico.
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